sábado, 24 de octubre de 2009

Ocho y medio, y los ecos del cine surrealista

Intimista o naturalista pueden ser una mejores palabra para describir el cine de Fellini; sin embargo, es posible encontrar en la fotografía de Ocho y medio, algunos ecos del cine surrealista, protagonizado por Salvador Dalí, Luis Buñuel y Jean Cocteau.
Salvador Dalí sentía una particular atracción por el cine . Éste forma parte de muchas de sus telas: Homenaje al noticiero de la Fox (1929) , Portrait de Harpo Marx (1937), Le piano surréaliste (Hommage aux Marx Brothers) (1937), son algunas. Colaboró en varias películas, con Luis Buñuel y en 1937 viajó a Hollywood. Después de unos años ahí diseñó la escena del sueño onírico para la película Spellbound (1945), una de las primeras películas que abordaban con cierta profundidad del tema del psicoanálisis. Sobre el tema Hitchcock le declaró a Truffaut:
“Cuando llegamos a las secuencias oníricas mi intención era romper totalmente con la tradición de los sueños en el cine, que son casi siempre brumosos y confusos, con la pantalla que tiembla, etc. Pedí a Selznick que se asegurara la colaboración de Salvador Dalí. Selznick aceptó pero estoy seguro de que pensó que yo quería que trabajara Dalí por la publicidad que nos haría. La única razón, sin embargo, era mi voluntad de conseguir sueños muy visuales con rasgos agudos y claros, precisamente en una imagen más clara que la del film. Quería la colaboración de Dalí debido al aspecto agudo de su arquitectura, las largas sombras, el infinito de las distancias, las líneas que convergen en la perspectiva… los rostros sin forma…”


Gianni di Venanzo, fotógrafo de Ocho y medio, talvez se inspiró en estas ideas surrealistas para hacer de las escenas oníricas en el film, imágenes tan claras que casi se confunden con la realidad.
“De una escuela fotográfica naturalista, di Venanzo hace uso de diversas texturas según el tipo de escena para remarcar las diferencias que existen desde guión: los exteriores son muy luminosos con contraste no muy marcado, mientras que en interiores el contraste es muy fuerte, y en los recuerdos las sombras son cada vez más largas.” Sombras largas fue lo que utilizó también Dalí para enfatizar las imágenes que correspondían a los sueños, en ese “constante viaje entre sueños y realidad que le permite hacer análisis metatextuales y personales sobre el mundo”, y en donde los sueños suelen ser más claros que la realidad, como la fotografía de di Venanzo nos indica.
Ocho y medio nos narra los conflictos interiores y obsesiones de Guido, el protagonista, nos hace ver esos conflictos y obsesiones a manera de sueños y de presentaciones de lo inconsciente tan arraigadas en el surrealismo por influencia de las teorías de Freud.



Estos ecos surrealistas, vienen del cine de Dalí y Buñuel, pasan por el cine de Fellini y llegan hasta el de Woody Allen en Stardust Memories y Desmontando a Harry, y hay quien dice que también están en la escena de Pulp Fiction, de Tarantino.


Nine se estrena en los Estados Unidos el próximo 25 de noviembre.
La producción, adaptada de la conocida obra Ocho y medio, de Federico Fellini, está dirigida por Rob Marshall, todo un especialista en el género. Para la producción se rodeó de un plantel de estrellas más que interesante.

Capitaneado por Daniel Day-Lewis (en sustitución de la primera opción que era el actor español Javier Bardem), y secundado por un gran elenco de mujeres en el que se ven nombres como el de Nicoke Kidman, Penélope Cruz, Judi Dench, Marion Cotillard, Kate Hudson y Sophia Loren, entre otras.


El argumento habla de Guido Contini, un famoso dramaturgo que sufre una gran crisis creativa. Para tratar de escapar de ella recurre a todas las mujeres que actualmente están en su vida. Su esposa (interpetada por Marion Cotillard), su amante "favorita" (Penélope Cruz) y su actriz "fetiche" (la siempre correcta australiana Nicole Kidman).

Fuentes:
Carlos Tejeda, Arte en fotogramas, cine realizado por artistas,Ensayos Arte Cátedra,Madrid 2008
Agustín Sánchez Vidal, en Afanes, equívocos y desengaños, incluido en el dossier sobre Dalí y el cine de Avatares de la mirada. Psicopatología de la mirada daliniana: Salvador Dalí se sale de “cuadro”, en Archivos de la Filmoteca, num.8, diciembre 1990-febrero 1991, Filmoteca Generalitat Valenciana, pag. 80, dice que la obra de Dalí estaba impregnada de cualidades cinematográficas: “Tal dimensión cinética fue buscada por él (Dalí) de forma tan consciente que llegó a comparar los mecanismos de asociación de su cerebro con un proyecto de cine”
Francois Truffaut, El cine según Hitchcock, Madrid, Alianza, Col. Cine y comunicación, 1998, pag. 151.
Tomado de la presentación en ppt., para Apreciación Cinematográfica.

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